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Las enfermedades neurodegenerativas representan un reto social y científico extraordinario por su grado de prevalencia en la población, especialmente en edades maduras. Así, la enfermedad del Parkinson afecta a un 2% de los mayores de 65, representa un enorme coste en tratamiento y ejerce un importante impacto negativo en las familias afectadas. Un método de diagnóstico temprano permitiría un tratamiento mucho más efectivo.

El problema planteado por otras enfermedades neurodegenerativas es que son raras. La Unión Europea las define como “enfermedades que ponen en riesgo la vida o provocan un debilitamiento crónico y que, por presentar muy baja prevalencia (menos de 1 en 2000) requieren de esfuerzos combinados especiales para combatirlas”. Dos ejemplos son: la fenilcetonuria (asociada a mutaciones puntuales de la enzima fenilalanina hidroxilasa que cursan con pérdida de función) y la aún más rara polineuropatía amiloidótica familiar, asociada con la deposición sistémica de transtirretina, especialmente en el sistema nervioso periférico. Esta última enfermedad azota especialmente al espacio SUDOE al presentar dos de sus principales focos mundiales en Portugal y en la isla de Mallorca, en España.

El desarrollo de nuevos fármacos o métodos de diagnóstico temprano para estas enfermedades es una tarea compleja que exige coordinar grupos de investigación con habilidades y metodologías muy distintas.

En el espacio SUDOE existen los grupos adecuados para abordar con eficacia esta tarea, pues reúnen gran experiencia en las mencionadas enfermedades, en sus causas y en el desarrollo de compuestos bioactivos. Seis de estos grupos se han unido en Neuromed, un proyecto que permite su integración y complementación para aprovechar sinergias, incrementar los resultados de su investigación y fomentar su traslación.